jueves, 30 de agosto de 2007

Finisterre

La tarde ha comenzado temprano, porque a partir de las 12 ya es tarde en algunos lugares. A media mañana ha llegado el del albergue de peregrinos a decirnos que teníamos que abandonar la habitación porque 3 de las niñas se iban hoy. Así que como hemos podido Roy y yo hemos abandonado el barco y nos hemos ido a dormir a otro cuarto. Comienzo.. La jornada ha comenzado a eso de las 15 cuando hemos abierto cada uno los ojos en nuestra cama. Mónica y Laurita ya se habían marchado y nos habían dejado una hoja de despedida bien bonita que habían escrito antes. Chicas ni que decir tiene que tenéis casa en grana y yo me autoinvito a barna y Badalona. Un beso enorme guapísimas.
Ena y Marichu ya habían vuelto del Obradoiro de saludar a los recién llegados y de encontrar una supertarjeta mágica que nos llevaría a Finisterre a finalizar nuestro camino. Álvaro, un gallego bien majete, se ofrecía a llevarnos a Finisterre y Muxia y hacernos de guía durante toda la tarde a un precio más barato que el autobús que es una mierda a su lado. Así que próximos peregrinos de lado oscuro que queráis ir a ver el fin del mundo sin dar un paso, llamar a Álvaro que merece bastante la pena. Su teléfono está en una de las fotos.
Con la tarde ya resuelta gracias a mi xiqueta, y con Marichu a punto de dejarnos, nos fuimos a comer a Casa Manolo. En todas las guías dicen muchas cosas del camino, que se debe hacer, a donde se debe ir, a qué hora se tiene que levantar uno,... Nosotros no hemos hecho caso de prácticamente nada, pero señores, como pone en todas las guías, en Santiago vayan ustedes a comer a Casa Manolo, impresionante el menú de 8 euros, imposible de terminar, y eso lo digo yo aquí donde me ven que me comí medio chuletón de buey de 1,300 kgs como aperitivo. Con el precio del hielo del café se pasan un poco, pero claro, el Manolo y su familia tendrán que vivir de algo.
Durante la comida nos despedimos de Marichu, que marchaba rauda y veloz, porque desde que entro en Santiago no veáis como corría la tía, a por su bus. Mariiiichu que tenemos dos ciudades monumentales que tenemos que hermanar mu a menudo, así que te espero por abajo pa empezar y yo subiré a ver tu maravillosa ciudad.
Tras acabar de almorzar nos fuimos a la facultad de medicina a buscar a Álvaro y a recoger a Eva y Arantxa, que son los dos torbellinos del camino y se apuntan a un bombardeo.
Con la furgona nos fuimos a Finisterre, al balcón de los privilegiados, a disfrutar de unas vista de buaaaah (Ena coletilling) yo creo que durante un segundo pude ver Boston, que es lo que queda justo enfrente. Realmente unas vistas de ensueño, como para dejar la retina allí y volver donde hubiera que volver, pero con la mirada siempre allí presente.
Del balcón bajamos al faro, que no es tan bonito como el otro rincón, sobra toda la gente, todos los kiosquillos, pero tiene el encanto de que en este lugar está la hoguera en la que todo peregrino quema
Ena quemo las botas que la habían acompañado durante los últimos 5 años por los montes de la plana y habían llegado a su punto final, Roy su gorra, pues como buen hijo, no se atrevía a llevarla a la sra Marisa a que se la lavara y planchara de la mierda que tenia, y yo, tenía dos cosas para elegir que me habían acompañado durante todo el camino y habían marcado mi sufrimiento, mi saco y mi tobillero; al final me deje convencer de que con el saco no íbamos a entrar todos en la furgoneta ya que este hombre no llevaba baca, y metí fuego a la tobillera, que recuerdo era del amigo Justo, y ya es la excusa perfecta para comprarle una nueva pues esta tenía tanta mierda como la gorra del Roy.
Después de contribuir durante unos segundos a la contaminación de la capa de ozono, y verificar que el goretex no cala pero arde de escándalo, nos dirigimos en la furgona a Muxia a ver la puesta de Sol.
En el camino a Muxia, que es apenas 30 minutos dimos alguna que otra cabezadita por que el cansancio acumulado que ya se hacía presente; si alguien tiene especial interés en ver a alguno de los peregrinos con caras de sopa que pida permiso que hay de todos, pero tienen copyright de los protagonistas.
En Muxia hacia un viento del carallo, como se dice por aquí. Ilusos de nosotros que habíamos llegado con las toallitas para darnos el baño de la purificación, lo dejamos para otro año que tuviéramos mas pecados porque ya que habíamos llegado hasta aquí "sanotes", no era plan liarla ahora con una pulmonía de caballo, y menos cuando nuestras enfermera y auxiliar particulares ya se habían marchado.
Mientras mis compis miraban un monumento que hay en Muxia a no sé que, supongo que a los petroleros de triple casco, me marche con Álvaro al pueblo a comprar unas cervecitas, pues un peregrino lo es hasta que el sol se pone. 10 minutitos quedaban para que ese maravilloso espectáculo ocurriera y nos pusimos cómodos.
El sol, ese amigo y compañero que nos había estado acompañando durante tantísimos kms, sobrevolaba nuestras cabezas para caer al frente, al lugar donde siempre nos dirigimos. Como indica el conxuro de a queimada, fuerzas del aire, tierra, mar y fuego se unieron para absorber la energía desprendida y dejarlo todo en una intensa calma.
Como si de la caída del telón de un teatro tras un sobrecogedor aplauso se hubiese tratado, se produjo un silencio, de pocos segundos por que nosotros somos el lado oscuro y de poesía y misticismos andamos mas cortitos de lo que quisiéramos, pero hay cosas que no se pueden evitar y la mente y el corazón son muy sabios. Piensa uno cuando comenzó, aquella persona que le hablo por primera vez, donde sufrió su primer dolor.. 800, 600, 200.. Da igual los kms recorridos, el camino es tan grande que a todos nos trata por igual y nos hace sufrir o disfrutar de los mismos sentimientos.
Esto no se acaba amigos, esto no has hecho más que empezar, y aunque cada uno hayamos hecho nuestro camino, la senda que nos ha unido, no nos va a separar.

Eaa ahí queó eso. Si alguna vez repito, escribo el blog en verso. De verdad amigos, ha sido una de las mejores experiencia de mi vida; en otros no sé, pero en este camino, no podía haber encontrado mejores compañeros de viaje. Como diría mi maestro Cesar, hacer esto está en el top five de mis mejores decisiones. Ojala hubiera sido capaz de reflejar por el blog la decima parte de lo que he sentido. Sea o no así, GRACIAS POR TODO.

El camino no ha hecho más que comenzar
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Finisterre El final de un camino que nos ha unido

Finisterre el lado oscuro bebiendo cervecita

Finisterre la puesta de sol y la cervecita